22 febrero 2015

NEGRO

Hoy me he dado cuenta que llevo unos días en los que la apatía, el cansancio y su prima hermana la vagancia se han apoderado de mi cuerpo, de mi espíritu y de mi alma. He llegado al punto de irme a la cama antes de que el reloj del salón dé sus doce campanadas que marcan la medianoche. 

Últimamente he desterrado los colores de mi vestuario y sólo tengo ganas de ponerme camisetas negras y aburridas o grises y aburridas hasta el punto de maquillar los ojos con kohl negro. Es como si el negro al absorber el calor y la luz del sol, también absorbiese la tristeza, la inseguridad y el resto de sentimientos que no me dejan ser yo.


Ayer ya fue la gota que colmó el vaso, en toda la tarde no fui capaz de abrir un libro de la vagancia que me invadía, así que hoy me dispuse a imprimir un poco de orden en mi mesa y en mi vida. 

Al menos de un tiempo a esta parte he vuelto a recordar partes de sueños, como el cabello negro y rizado del rumano que se quedó atrapado entre la puerta, los trancos y el marco del sueño más lúcido que recuerdo de los últimos tiempos.

2 comentarios:

.:.ApofiS.:. dijo...

Qué bonito!! Pero Anímate!! Tú vales mucho.

.:.ApofiS.:. dijo...

Qué bonito!! Pero Anímate!! Tú vales mucho.