22 mayo 2012

Una carta infinita

 "Scrivimi, te l’ho detto tante volte, scrivimi una lettera lunghissima che parli solamente di silenzio." 


Querida Alda,
tú me pediste que te escribiese una carta larguísima, yo te voy a escribir una carta infinita, como infinito es un papel en blanco, la nada, el silencio, una carta que escribo yo y que también queda en blanco para que la continúe quien quiera. No me da la gana callarme porque la ausencia de sonido es una comunicación sin barreras, prefiero acotar lo que te transmito. No me da la gana dejar la carta en blanco porque eso sería el infinito, hasta que la pluma se posase sobre él y dibujase un punto, un punto en el infinito.

La misma pluma que manchó el infinito con un punto se desliza a través de él hiriendo su extensa perfección, formando trazos que crean letras, letras que se unen en palabras y palabras que ligadas entre sí son frases con sentido (seguro que más sentido que esta carta que te escribo), rimadas en consonante o escritas en prosa completan el rompecabezas que es esta carta.

Me gustaría terminar mi carta aquí, pero como ya te dije es una carta infinita, así que dejo el encargo al buen gusto del lector que siga las huellas de mis dedos sobre el teclado. Por mi parte he terminado de escribir la carta infinita que sólo habla de silencio.



1 comentario:

Clara dijo...

Querida, no malinterpretes mi silencio. No hay nada más bello que un silencio compartido.
Escuchar el silencio arropado por los tambores que son nuestros corazones, por flautas que son la brisa colándose por la ventana...
Comparte mi silencio, te ruego, para inventar nuestra propia sinfonía.
Ahora callo, quiero sentir el silencio de la noche para llenarme de él y compartirlo contigo cuando lo necesites.