17 marzo 2014

Juana de Arco siglo XXI

Hoy toca una cancioncilla que como imagino que andáis un poco peces en italiano os hago una traducción un tanto libre de su letra.







A través de la oscuridad Juana de Arco precedía las llamas, cabalgando. Ninguna luna para su coraza, ningún hombre en su humosa noche a su flanco.


—De la guerra estoy cansada ya. Al trabajo de un tiempo volvería, a un vestido de novia o algo blanco para esconder esta vocación mía al triunfo y al llanto.

—Son palabras las tuyas que quería escuchar, te he espiado cada día cabalgar y al oirte así ahora sé lo que quiero: vencer a una heroína tan fría al abrazarse al orgullo.

—¿Quién eres?—Dijo ella divirtiéndose con el juego.—¿Quién eres tú que me hablas sin consideración?
—Ciertamente estás hablando con el fuego y amo tu soledad, amo tu mirada.
—Pues si tú eres el fuego, enfríate un poco; ahora tus manos tendrán algo que mantener.—Y callando se lanzó dentro a ofrecerle la mejor manera de ser su esposa.
Y desde lo profundo de su corazón ardiente él se dispuso a envolver a Juana de Arco y allá en lo alto y delante de la gente colgó las cenizas inútiles de su vestido blanco. Y desde lo profundo de su corazón ardiente él tomó a Juana de Arco y golpeó de lleno y ella entendió claramente que si él era el fuego, ella debía ser el leño.


Aquí os dejo un vídeo de la Juana de Arco que me hizo pensar en esta entrada, creo que a pesar de haberse dado cuenta hace mucho tiempo de que el cáncer era el fuego que la iba quemando fue tan valiente de presentarse a este programa.

05 marzo 2014

Aromas enmascarados


No pude resistirlo, cuando a la habitación de bed & breakfast llegó una invitación para el baile de máscaras en el patio del Palacio Ducal no pude evitar sentirme emocionada. No es fácil para una turista americana sentirse integrada en una festividad tan autóctona como el Carnaval de Venecia.

La invitación venía en un sobre blanco cerrado sobre el cual figuraba una grafía negra: "Si encuentras un hombre atractivo puedes aprovechar a meterle malo, debajo de la máscara nadie os reconocerá"

Nada más llegar al baile mi glándula pituitaria identificó un olor que reconocía de mi infancia, cuando la compañía de mi padre importaba paquetes de raíces de vetiver directamente de India; era exactamente el mismo aroma, así que me propuse descubrir quién era el causante de la reactivación de mi sentido del olfato después de más de una década enganchada al humo del tabaco.

A cada vuelta y en cada cambio de pareja acercaba mi cara hacia el cuello del acompañante que en el momento tenía más cercano hasta que finalmente en la confusión de máscaras pude identificar al portador del olor a vetiver.

Era un hombre con una máscara de la que sobresalía una enorme nariz, vestido con un traje de época en terciopelos azules y plateados, con un sombrero de tres picos y una pluma de avestruz teñida de azul sobre él, guantes blancos y zapatos negros. Lo seguí con la mirada hasta que se hubo aproximado a mí lo suficiente como para saltar hacia él en el cambio de pareja.

Finalmente me puse frente a frente con el hombre que me había retado con su fragancia, confirmé mis sospechas colocando el lateral de mi máscara junto al borde de la suya acompañándolo de una fuerte inspiración. Lo miré a los ojos, de un azul casi tan intenso como los terciopelos de sus ropajes durante dos segundos, el tiempo suficiente para que lo identificase como una situación de peligro y se alejase de donde yo estaba dando largas zancadas que me impidieron perseguirlo.

Allí me quedé, sola, mirando la puerta abierta de par en par y con el penetrante olor de vetiver impregnado en la nariz.




Víveme con los 5 sentidos (mi cuerpo)

Que con mis ojos
abiertos es mi cuerpo
mi cuerpo que con mis ojos
cerrados es perfecto.
Mi cuerpo que cuando lo miran
tus ojos es tu cuerpo.
Mi cuerpo que sólo debió haber
conocido tu cuerpo
que sólo debió haber amado tu /cuerpo
[...]
(Jaime Manrique Ardila)


¿Por qué vas de nuevo a Roma?

Con esta pregunta nos recibe Ernesto Neto en nuestra visita al Museo Guggenheim Bilbao y una escultura con formas orgánicas a modo de ubres de una vaca que chorrea sobre los visitantes como la lluvia que durante todo el día nos empapaba la ropa y cuyo frío nos penetraba hasta los huesos.

Así es la vida.

No apta para menores de 13 años, se debe recorrer a ritmo tranquilo, sin saltar no correr, para disfrutar del suave masaje que te provoca en los pies y llegando a la meta permanecer unos minutos mirando al cenit evocando las sensaciones que una pipa de agua podría suponer en esas circunstancias.

Comer con los ojos.

Sí, Señor Neto, es una expresión muy española, especialmente en el norte, tierra de buen comer. Buenas piezas de carne las que se reflejaban en esa obra. A la hora de comer también echamos de menos una foto del menú para saber qué era exactamente lo que estábamos pidiendo.

Vendo caramelos...

...que excitarán tus sentidos del olfato, gusto y oído por medio de los aromas de tés e infusiones, caramelos embolsados y acordes surgidos torpemente de las manos una niña sentada al piano. Quizás el día de mañana sea ella la que ponga precio a su talento y otros paguen por escucharla.

Trueque trueque.

Un lugar delimitado y abierto en el que cualquier objeto es digno de entrar en juego en el sistema de mercado más antiguo del mundo, el intercambio premonetario. Perfecto para desarrollar tus habilidades con el origami.

La casa de los sueños.

O la morada de los soñadores, un paraíso de nuez moscada, pimienta y anís encerrada en medias tupidas, en poliéster que se transforma en finas sedas de oriente que envuelven las más preciadas especias, todo ello fruto de nuestros sueños y espejismo de nuestras realidades. Espacio para el erotismo con labios de piedra, tetas de pimienta, amor de calvo y rana de niebla.

Dulce borde.

Borde del que entran y salen los sonidos a su libre albedrío, transmitiéndose como ondas mecánicas a través de aire. Silbatos, maracas y caracolas que desestructuran la uniformidad del borde de cojines naranjas, el límite de la tribu sobre el que sentarse a contar y cantar historias.

Hermano de montaña.

La fragilidad de las montañas hecha arte y la resistencia del plano frente a la acción mecánica. Flora vegetal que crea alfombras tupidas sobre las que los gigantescos niños correteen y salten. Una montaña inexpugnable que muestra la debilidad de lo prohibido.

Que no te asuste el caos.

En realidad no me ha asustado, pero como soy un poco antropófobo huí de la multitud que pretendía conocer tus intimidades y de que le pusiesen un sello en su pasaporte de "lugares que he visitado". Volví de nuevo a Roma y salí por la puerta que me llevaba a la realidad mundana que permanecía casi inalterable al otro lado de la puerta del museo.