22 abril 2014

De glicinias y otras flores.

Siguiendo los tallos de las glicinias que crecen desde el cauce del Arlanzón hacia lo alto, escalando por los sillares de piedra caliza, el dulce aroma de las flores de un violeta pálido penetraba en mi nariz y me invitaba a ascender yo también al paseo.
Al poco de haber subido, mis ojos divisaron entre los castaños de Indias unas pequeñas masas que fluctuaban entre el blanco inmaculado hasta un rosa apasionado casi rojo pasando por un amarillo con apariencia de oro a la luz del astro rey.
Casi sin quererlo y sin poder evitarlo mis piernas me llevaban a uno y otro lado del paseo, mis ojos creaban instantáneas en mi cerebro mientas mis dedos pretendían inmortalizarlas a través de la cámara de fotos.

El viento agitaba las hojas y flores de los árboles dificultando la tarea realizada por mera diversión y recordando lo efímero de la belleza aunque a veces nos empeñemos en hacerla perdurar más allá de su soporte material.
Allí, en medio de las verdes ramas de un castaño, a la altura de la vista crecía una inflorescencia con forma cónica. Repleta de olorosas flores blancas moteadas de rojo y amarillo. Me recordaba un árbol de navidad nevado desarrollándose a modo de abeto que desea acercarse al cielo y no pude cesar en mi empeño por hacer perdurable las efímeras formas. Me acerqué, enfoqué a la susodicha flor y con la inmediatez de una tecla convertí lo efímero en perdurable, lo utópico en real, el sueño en vívida realidad. Había tomado una fotografía.
Continué caminando a uno y otro lado del paseo, soñando despierto, viviendo un sueño y salí del paseo dejando a un lado el Instituto de la Lengua, captando en imágenes las sensaciones que más tarde pondría por escrito.

Así pasé una tarde más de mi vida, inspirándome para poder compartirla con los lectores de mi blog, aquellos que espero en algún momento se pronuncien sobre las sensaciones que les suscita.

20 abril 2014

No te libras

Mañana al salir el sol 
se habrá borrado para siempre del colchón tu olor, 
que 80 son las veces que al día me acuerdo de ti,
las mismas que recuerdo que te tengo que olvidar.
80 veces - Rozalen

No te besé a pesar de desearlo paseando por las calles del Casco Viejo.
No te besé en aquel café con cristaleras de madera verde a la luz del sol de la mañana.
No se encontraron nuestros labios en la estación al despedirnos.

No se encontraron nuestros labios al reencontrarnos en la esquina de aquella plaza de ángulos redondeados.
No te besé entre las láminas retorcidas de hierro oxidado, cobijados del mundo.
No te besé bajo el paraguas protegiéndonos de la lluvia que enfriaba la piel y calaba los huesos.
No se encontraron nuestros labios al despedirnos de nuevo a la entrada de aquel colorido parking.

No se encontraron nuestros labios al recibirte por primera vez en la estación color celeste, como imagino tu aura.
No te besé al cruzar por el callejón aunque me muriese de ganas por hacerlo.
No te besé al caminar por el verde paseo sin más compañía que las aves de la mañana.
No se encontraron nuestros labios al despedirnos de nuevo en la estación de color piscina como tu aura.

No te libras de que la próxima vez que mis ojos encuentren los tuyos, sean mis labios los que muerdan los tuyos. Al menos tendré una razón para olvidarte o una razón más para pensarte.

06 abril 2014

Ciclos interrumpidos.


...o como dice un refrán de mi tierra "Cada cosa a su tiempo y los nabos en adviento." La naturaleza es sabia y sabe que después de cada cosecha llegará una forzosa renovación de las hojas, que poco a poco cubrirán el suelo con su manto de hojas secas, la alfombra de nieve del invierno y por fin la primavera con sus floridas alfombras.

Como cada año en Burgos tenemos un tiempo loco que en vez de nevar como en el resto de España a lo largo del invierno, nieva durante los primeros días de la primavera, sin importar que se pierdan las flores de los frutales y de ese modo la fruta misma, interrumpiendo el ciclo previsible.



En fin, que tenía ganas de hablar de ciclos interrumpidos con nieve a destiempo y la importancia de disfrutar de las cosas cuando vienen, no cuando deseamos tenerlas. Me voy a dar rienda suelta a mi afición de soñador con esta imagen de Anthony Gayton, del que podéis encontrar más fotos en:
 http://www.anthonygayton.com/archive/html/site/subs/pictures.htm