17 enero 2015

Mi cuerpo espiritual

Esta mañana he tenido mi primera experiencia con la meditación y la separación del cuerpo físico y el espíritu. Ha sido con esta meditación que os dejo por si a alguien me interesa hacerla.

Ocho y media de la mañana, sentado en la silla con la espalda recta, los pies contactando perfectamente en el suelo y las manos sobre los muslos. La grabación comienza a sonar y mi cabeza se pone a pensar en lo que se sugiere hasta que me despego de mi cuerpo y empiezo a girar sobre mi eje en sentido horario.



Siento el giro y un ligero ascenso a la vez que cada cierto tiempo el movimiento se entrecorta. Sé que mi cuerpo está ahí e incluso noto cierta conexión con las manos. Al rato el movimiento se detiene, aprovecho para rascarme la sien e instantes más tarde el movimiento se retoma pero esta vez en sentido antihorario y sin la sensación de ascenso.

De nuevo tras un momento de movimiento, éste se detiene. Siento una sensación extraña en la parte inferior, lo que hablando del cuerpo serían las piernas aunque no termino de identificar el movimiento.

Acaba la grabación, se encienden las luces y mis cuerpos físico y espiritual se vuelven a adherir.

11 enero 2015

Un palacio en occidente

El carruaje por fin se detuvo y las nubes lo relamieron son sus gotas de lluvia sacándole brillo y eliminando hasta la última mota de polvo. Tras unos minutos de espera apareció por allí el emisario de Don García I de León que me condujo a su suntuoso palacio en el norte de la urbe.



El palacio estaba construido con ladrillos y metales sobre un promontorio, el cual dominaba desde lo alto. Al acceder al interior nos recibieron dos enormes felinos, signo y símbolo de la supremacía de su reino; no eran los únicos signos de ostentación pues también había plantas en el interior, de manera que más que un palacio parecía el jardín del Edén.

Una escalera de mármol daba acceso a un piso superior en el que se encontraban las instalaciones destinadas al baño y los aposentos desde los que en las noches claras era posible contemplar las estrellas; sin embargo en mi visita a la corte de Don García el tiempo no acompañó y la lluvia no nos abandonó hasta el mismo día de mi partida.