24 febrero 2014

Decepción

New York, 23 febrero 2014

Querido Giulio,
hace ya dos meses que llegué a esta ciudad que me alejó un poco más de ti y desde entonces han sido muchas las veces que tuve la tentación de escribirte y no lo hice, hasta que recordé esa frase de Oscar Wilde que tanto te gusta: "La única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella".

Supongo que fue esa misma frase la que hace más de cinco años atrás te hizo probar los labios de la persona que mejor te conocía en los baños de la discoteca. Cuando echo la vista atrás me doy cuenta de lo estúpido que fui comenzando a salir contigo sabiendo que a quien realmente querías era a tu mejor amigo Tommy.

Sinceramente lo que más me duele es haber sido el tercer vértice del triángulo, aunque yo mismo sabía lo que había cuando decidí liarme la manta a la cabeza y comenzar una relación contigo. Sabía que estabas enamorado de Tommy y lo sublimabas como amistad, sabía que crerías ver en mí lo que tu amigo tenía y también sabía que algún día me dejarías.

La semana antes de que nuestras vidas tomasen caminos diferentes, yo ya te notaba frío y distante, por eso busqué el calor de otra persona; en el fondo no era más que una manera de darte el empujón que necesitabas para que nuestra relación se fuese definitivamente al garete. Luego apareció Tommy de nuevo en tu vida y yo fui destinado a Nueva York, esta ciudad que he aprendido a amar con el tiempo a pesar de que me aleja de ti, al tiempo que me consta que cada vez tu relación con Tommy es más fuerte.

Simplemente quería decirte que te quiero aunque tú no pienses en mí y cada noche yazcas en el lecho de otro hombre.

Siempre tuyo

Mateo

P.S.: Te envío una foto en la que salimos los dos, la encontré hace tiempo al deshacer la maleta y me gustaría que obrase en tu poder.



15 febrero 2014

El soñador despierto


Un varón rondando la treintena sentado al borde de un acantilado, con sus pantalones cortos y sudadera con capucha en una tarde soleada y fresca de septiembre, cuando el mar comienza a ceder a los envites del otoño, cuando las olas comienzan a rugir dando paso a un mar enfurecido.

Absorto en sus pensamientos, con una libreta en sus manos, escribiendo, meditando y leyendo citas literarias anotadas con anterioridad. Sentado con su pierna derecha flexionada bajo el hueco poplíteo de la pierna izquierda, en la misma postura que un espinario que extrae una astilla de los pies de su alma.

Una instantánea congelada en un momento preciso, como un despertar sobresaltado de un sueño por el sonido del despertador, del teléfono o por la llamada de la propia realidad. Un boceto entintado sobre papel que al precipitar sobre las aguas del mar se va desdibujando poco a poco hasta no ser posible reconocer las figuras representadas.

03 febrero 2014

Diez razones por las que levantarme cada mañana

1. Porque espero haber recibido un whatsapp de esa persona que me hace flotar
2. Porque me gusta empezar el día con una ducha calentita.
3. Porque es un día ideal para escuchar música de camino a clase.
4. Porque es fabuloso dar los buenos días a la gente que no te habla y pone cara de avinagrada.
5. Porque ya falta un día menos para el fin de semana.
6. Porque en el recreo toca marujear del fin de semana.
7. Porque hoy es día de cobro.
8. Porque no hace falta ninguna razón para comer chocolate.
9. Porque me gusta cuidar de mis niñas malcriadas (mis saintpaulias ionanthas).
10. Porque espero una videollamada cuando llego a casa por la noche.