Queridos Reyes Magos, este año como ya sabréis he sido malo, porque ser bueno todos los años es muy complicado, de todos modos he estudiado mucho muchísimo y he sacado unas notas que pondrían verde de envidia a cualquiera, obedezco a papá, a mamá y a la abuelita aunque a veces me saque de mis casillas.
Por eso sólo os voy a pedir dos cositas aunque sé que son complicadas. La primera es que mi ordenador vuelva de sus vacaciones en Granada porque es muy incómodo utilizar un aparato que zumba más que la abeja Maya.
La segunda cosa que quiero es que desaparezca la causa de la presión que llevo sintiendo los últimos días en la cabeza, que parece que me están apretando el cráneo y me pone muy irascible, de hecho ayer casi muerdo a un mendigo, he tenido malas contestaciones a las señoras que van con el paraguas debajo de los tejadillos y esta tarde me faltó el canto de un duro para atizar a una niña en el centro comercial.
Con que esa personita que vosotros sabéis y yo también me mande un mensajito y me dé buenas noticias me basta por ahora, aunque preferiría que me hiciese una visitilla, que me acariciase, que me abrazase y que me robase al menos un beso.
Sin más peticiones espero que pasen una feliz noche de ventana en ventana dejando regalos a los niños buenos y carbón a los no tan buenos, que los vasitos de leche y galletas no se les atraganten y que los camellos tengan fuerzas para volver a Oriente.
Un beso, Ciocco
P.S.: Balta, antes de irte de mi casa pásate por mi habitación y dame un besito en la mejilla, como hacías cuando era pequeño.
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