26 enero 2014

Se lo consultaré a Brenda


18:00, Bagdad café está a punto de acabar y noto como algo se cuela entre el sofá y mi espalda, es tu brazo que me acoge. Junto a mí, tu tronco que me mantiene en posición erguida y siento también tu calor que me reconforta.

Todavía me duele la tripa del atracón de palomitas y gominolas, porque, como todo el mundo sabe, las sesiones de cine casero en pareja son perniciosas para la salud; sin embargo añoro las sesiones de cine en pareja.

A pesar de todo, lo que más me gusta de las sesiones de cine en pareja es la conversación y el remoloneo en el sofá o en la cama de después de la película, escuchando música o haciendo cualquier otra cosa y es entonces cuando me confiesas que nunca antes has tenido una pareja.

Ahora me pongo a pensar y decido que hace tiempo debí haber acercado mi boca a tu boca y dejar que nuestros labios se acariciaran mutuamente componiendo poesías en su roce.
Ahora es tiempo de que yo confiese que me muero de ganas por hacerte sentir lo mismo que yo echo de menos, que tus piernas se enreden con las mías y caminen a la par hacia la felicidad.

— ¿Deseas soñar vivamente conmigo?

— Se lo consultaré a Brenda.

1 comentario:

Pimpf dijo...

¿Pero quién es Brenda? ¿La almohada? Tengo que reconocer que una cosa fundamental para que la sesión de cine casero en pareja funcione es necesario que tu pareja o tú tengáis un sofá lo suficientemente cómodo... eso es lo que me falla a mi, mejor dicho, a mi pareja.

Bicos Ricos